La mañana del primer día, después de consultar la previsión meteorológica, no esperábamos volar desde La Rhune, aunque conseguimos planear. Así que decidimos elegir la ruta del sur, ya que se adaptaba mucho mejor al tiempo.
Sin embargo, no nos dimos cuenta de que la ruta era un poco más lenta caminando hacia el ascenso de La Rhune. Lo cual nos puso a cierta distancia del grupo que iba en cabeza.
Intentamos varios vuelos durante el resto del día, con la esperanza de que valiera la pena. Sin embargo, el riesgo no valió la pena, especialmente en el segundo vuelo desde Golzamendi.
Ahora esperamos tener mejor tiempo y volar.